Obras

El origen de la nada (2017-2018)

Pilar Albarracín continúa su reflexión sobre los horrores de la guerra, utilizando el vídeo como medio para transmitir el sufrimiento de las víctimas civiles. A través de la imagen de palomas blancas atrapadas en una red, acompañadas por el sonido aterrador de los bombardeos y disparos, la artista subraya la agonía y el dolor consecuencia de los conflictos bélicos. La red que atrapa a las aves remite a una sensación de desesperanza y el sonido de la violencia evoca las matanzas de civiles, como las de Guernica. La obra de Albarracín rinde homenaje al mural antibelicista de Picasso y lo reinterpreta; además, mantiene su relevancia como un poderoso símbolo de paz que continúa resonando en el arte contemporáneo. Las dos piezas de Albarracín, Paloma de la Guerra y El origen de la nada, extienden el legado de Guernica al siglo xxi y muestran la vigencia de la denuncia de la violencia y la continua necesidad de recordar los horrores de la guerra para salvaguardar el derecho a la paz. Ambas piezas de Albarracín fueron un encargo del Museo Picasso de París con motivo de la conmemoración del centenario del bombardeo de Guernica y plantean una reflexión sobre los ataques a población civil que a día de hoy continúan siendo inevitables.

<em>El origen de la nada</em> (2017-2018)
El origen de la nada (2017-2018)
Volver a ser humanos.
Ante el dolor de los demás