La provincia de Pontevedra: un territorio cultural diverso

Centro Arqueológico CampolameiroParque Arqueológico Campolameiro

Más allá de su capital, la provincia de Pontevedra despliega una riqueza cultural, natural y patrimonial que dialoga con los lenguajes del arte contemporáneo y con la memoria del territorio.

En Vigo, el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO) se ha consolidado como una de las instituciones de referencia del arte actual en Galicia. Con una programación dinámica y abierta a los debates del presente, el MARCO actúa como un espacio vivo para la creación, la investigación y el encuentro entre artistas y público. Su ubicación en el antiguo edificio del Palacio de Justicia, en pleno centro urbano, refuerza su carácter de museo abierto a la ciudad.

La provincia también guarda testimonios únicos del pasado en diálogo con la naturaleza. La Ruta de los Petroglifos, que atraviesa distintos municipios, como Campo Lameiro, Cerdedo-Cotobade, Marín o Cuntis, permite descubrir algunos de los conjuntos de arte rupestre al aire libre más importantes de Europa. El Parque Arqueológico de Campo Lameiro, en particular, ofrece una experiencia inmersiva que conecta a visitantes de todas las edades con los orígenes simbólicos del arte.

Castillo de SoutomaiorCastillo de Soutomaior

Además, el paisaje pontevedrés está salpicado de fortalezas y castillos visitables que permiten recorrer la historia medieval de Galicia desde una perspectiva patrimonial y arquitectónica. El castillo de Soutomaior, restaurado y abierto al público, es uno de los más emblemáticos: rodeado de jardines históricos y con vistas al valle del río Verdugo, combina el atractivo monumental con una programación cultural propia. Otros ejemplos destacados son el castillo de Sobroso, en Mondariz, o la torre de San Sadurniño, en Cambados, que forman parte de itinerarios de interés histórico y turístico.

Este entramado de espacios culturales, patrimoniales y naturales convierte a la provincia de Pontevedra en un territorio fértil para el arte, la reflexión y el descubrimiento, en plena sintonía con el espíritu de la bienal.

Volver a ser humanos.
Ante el dolor de los demás