Obras
Visione fantastica (2024)
Esta obra de Arvin Golrokh retoma un cuadro homónimo de Francisco de Goya pintado en 1823. En lugar de hacer una reinterpretación literal, usa aquella imagen como punto de partida para hablar de algo muy actual: los viajes forzados por necesidad, las migraciones y todo lo que se pone en juego en esos desplazamientos. En esta obra, Golrokh condensa en una sola escena tres momentos del viaje migratorio contemporáneo: la partida, el tránsito y la llegada. Cada uno de ellos está marcado por obstáculos nuevos, que se encadenan unos con otros sin ofrecer refugio. Las figuras representadas, desorientadas y vulnerables, atraviesan paisajes hostiles en busca de una posibilidad de vida mejor, pero lo que encuentran al final es una nueva forma de exclusión: racial, social y política. En el cuadro conviven tres elementos clave ―la naturaleza, el espacio y el cuerpo―, que revelan las tensiones de un mundo gobernado por el miedo, la pobreza y el control. En el fondo, como sombras vigilantes, aparecen figuras armadas que custodian el lugar de llegada y hablan de la necesidad de sumisión. En manos de Golrokh, la pintura deja de ser un mero testimonio y se convierte en una forma de resistencia, una manera de volver a mirar el mundo desde la complejidad. No ofrece una visión optimista, pero sí una mirada clara sobre cómo funcionan hoy ciertas estructuras de poder. Su pintura no busca gustar, sino hacer pensar.
