Bienal de Pontevedra

En la exposición Vidas minadas. 25 años, que puede verse en el Café Moderno de Afundación, Gervasio Sánchez retoma un proyecto que comenzó en 1995 y que ha seguido ampliando desde entonces. A través de la historia de varias víctimas de minas antipersona ―a quienes conoció en hospitales o centros de rehabilitación―, el fotógrafo plantea una reflexión sobre las consecuencias duraderas de las guerras. Algunas de esas personas lograron rehacer sus vidas; otras no tuvieron la misma suerte. Las imágenes buscan mostrar la dignidad con la que muchas víctimas enfrentan situaciones terribles. Sánchez denuncia también la responsabilidad de quienes permiten que estas tragedias sigan ocurriendo: políticos, empresarios, fabricantes de armas. Para él, este trabajo es una forma de resistencia. Documentar lo que otras personas prefieren olvidar.