Obras

El peso de la memoria (2025)

Esta obra de Idoia Cuesta, pensada para la isla de las Esculturas, es una figura de piedra que alcanza más de tres metros de altura. Su forma recuerda a un cuerpo humano en tensión, como si intentase avanzar, mantenerse erguido o alzar la voz. Varias cuerdas de color rojo, tejidas a mano, lo envuelven por completo, rodean su cabeza, el torso, los brazos. No lo protegen ni lo sujetan, lo inmovilizan y lo retienen. La obra se construye desde una relación directa con el cuerpo y con la materia, y el gesto de trenzar, apretar o sujetar se carga de sentido. Lo que aquí se presenta no es un relato individual, sino una imagen colectiva, la de quienes se ven en la obligación de dejar atrás su hogar, arrastrando consigo lo que no puede abandonarse del todo. En esta escultura, Cuesta da forma a una presencia que, a pesar de estar atrapada, no ha desaparecido. Las cuerdas, al tiempo que limitan, hacen visible una violencia que suele quedar fuera de plano. El cuerpo se sostiene, pero con esfuerzo. Desde una lógica cercana al hacer manual y a la memoria situada, en el contexto de esta bienal, la obra plantea la necesidad de reconocer el dolor ajeno como parte de nuestra propia experiencia, sin desviar la mirada, sin desentendernos de su peso.

<em>El peso de la memoria</em> (2025)
El peso de la memoria (2025)
Volver a ser humanos.
Ante el dolor de los demás