Bienal de Pontevedra

El enfoque conceptual y comprometido define la participación de Dagoberto Rodríguez en la Bienal de Pontevedra, donde expone en dos sedes: el Museo de Pontevedra y la Fundación Manuel Moldes. Su propuesta gira en torno a la violencia de la guerra, eje central de esta edición de la bienal.. A través de obras como sus tanques rusos pintados, Rodríguez alude directamente a la invasión de Ucrania, aunque su mirada se extiende a muchos otros conflictos que desmienten la idea de que vivimos en tiempos de paz. También denuncia otras guerras menos visibles, como la que se sufre en los campos de refugiados rohinyás en Bangladés, el mayor asentamiento de este tipo en el mundo, reflejado en Rohingya Refugee Camp (Campo de refugiados rohinyás, 2025). Otras piezas, como Litoral Havana Refugee Camp (Campo de refugiados del litoral de La Habana, 2025), trasladan esa precariedad a su propia Cuba, en una elocuente acuarela cargada de ironía. En Marte (2023), el clásico dios romano de la guerra aparece con un kalásnikov, símbolo de las guerras del siglo xx, que el artista usa para ridiculizar los discursos heroicos del poder. Y, en la instalación mural CASA TOW (Casa remolque, 2018), transforma un misil estadounidense ―usado en múltiples conflictos de Oriente Medio― en un hogar ambiguo, cargado de miedo, violencia y desarraigo. Al igual que el filósofo Rob Riemen, Rodríguez parece pensar que la guerra no solo se libra en los campos de batalla, sino también en el interior del ser humano. Una lucha entre el coraje y la dignidad, o la indiferencia y la sumisión ante los poderes que perpetúan la violencia.