Artistas
En la obra de Taisia Korotkova (1980, Moscú, Rusia) conviven la herencia pictórica del realismo socialista y una mirada crítica sobre los vínculos que se establecen entre ciencia, tecnología y estructuras de poder. Formada en el Instituto Surikov de Moscú, una institución heredera del realismo social ruso, su práctica revisa los relatos de la era soviética. Korotkova ha desarrollado un lenguaje visual propio que combina técnicas tradicionales como el temple sobre tabla, propias de la pintura de iconos, con una paleta fría de tonos pastel que remite a la gráfica optimista del período soviético de los años sesenta, década de oro de la era espacial. Su iconografía explora las tensiones entre el progreso tecnológico y sus implicaciones éticas, y propone imágenes que invitan a reflexionar sobre las utopías tecnológicas y los desafíos sociales del presente. En esta línea, se inscribe también en un pensamiento poshumanista que, siguiendo a Donna Haraway, sugiere abandonar las jerarquías fijas entre naturaleza, tecnología y humanidad para pensar en “entrelazamientos multiespecies”, en nuevas alianzas que desactiven la lógica extractiva del Antropoceno.
