Bienal de Pontevedra

Anna Hulacova aborda en estas obras una de las preocupaciones más urgentes de nuestro tiempo: la crisis ecológica. La colmena se convierte en un símbolo de la relación entre los seres humanos y la naturaleza, y de la fragilidad de los ecosistemas. La desaparición de los polinizadores, como las abejas, pone en evidencia las consecuencias de la agricultura intensiva y del uso de pesticidas, elementos que han transformado profundamente el medio ambiente. Para las abejas, las ciudades son ahora un refugio más limpio que el campo. Hulačová, al abordar esta crisis, nos invita a reflexionar sobre cómo los seres humanos hemos alterado el equilibrio natural, hasta el punto de que la extinción de los polinizadores podría transformar nuestro mundo en un paisaje inhóspito, digno de una distopía de ciencia ficción. A través de sus esculturas, la artista no solo representa a las abejas, sino que también las convierte en una metáfora de la fragilidad del cuerpo y del alma humana, al vincularlas con figuras humanas y estructuras orgánicas. En este contexto, Hulačová nos empuja a pensar en el poshumanismo, donde la relación entre los humanos y otros seres vivos es cada vez más ambigua. Sus esculturas proponen una reflexión profunda sobre nuestra interdependencia con el entorno natural y las posibles consecuencias de nuestra desconexión de él.